En vacaciones aparcamos durante unos días o semanas las dificultades de la vida.
Y al aparcarlas, a menudo, nos crecemos.
Pensamos que a la vuelta todo saldrá bien:
✅ Seguro que soluciono ese problema que se me resiste
✅ Seguro que empujo tal proyecto con más determinación
✅ Seguro que sorteo los obstáculos como el mejor especialista olímpico de slalom.
Y ese convencimiento y fuerza mental ayuda: así encaramos con más energía de lo normal los retos y dificultades que nos esperan en la vida real.
En vacaciones es como estar en barbecho
Las vacaciones sirven para desconectar y recargar pilas.
También para hacer balance, revisar y ajustar estrategias.
Y, a veces, para inspirarse y definir nuevos retos.
Hace poco disfruté de unos días de relax en Andalucía, en una zona en la que hay muchas tierras de cultivo.
En ellas, con técnicas innovadoras y cada vez más sostenibles, saben cómo extraer grandes productos de la tierra.
Pues bien, la tierra de cultivo necesita reposo cada cierto tiempo.
No puede permanecer sembrada siempre.
El permanecer en barbecho, como se dice, es parte esencial de su ciclo de producción.
A las personas nos pasa lo mismo.
Para ser productivos necesitamos de vez en cuando estar en barbecho:
✅ Esa situación de descanso nos proporciona energía.
✅ Y también estimula nuestra creatividad.
Al estar nuestro cerebro más desocupado y despreocupado, nos sorprende de vez en cuando con buenas ideas, que surgen aparentemente de la nada.
O de nuestra capacidad de observar y asociar cosas en esos momentos ociosos.
Por tanto, tu tiempo de ocio puede ser muy fructífero.
Y te puede venir muy bien para tu retorno al trabajo, ya sea vendiendo o haciendo lo que sea.
Vuelta al trabajo
Eso sí, al final de las vacaciones, los días empiezan a acelerarse.
En nuestra mente empiezan a resucitar algunas de esas preocupaciones que habíamos dejado aparcadas.
Y vuelven a nuestra cabeza obligaciones que empezábamos a creer que ya no teníamos.
Y también empiezan a asomar por el horizonte los horarios que habíamos olvidado.
Hay un término que ilustra muy bien ese retorno a la normalidad.
Es una palabra que utilizan los franceses en estas fechas…
Me refiero a la palabra ‘RENTRÉE’.
La RE-ENTRADA, en traducción literal.
Tras unas vacaciones largas, hay que prepararse para volver a entrar.
¿Volver a entrar dónde?
En nuestra vida de verdad.
En nuestra rutina, una palabra que aborrezco.
Concluyendo.
Debemos aprovechar nuestras vacaciones para lo que nos parezca oportuno (descanso, creatividad, balance y nuevos retos) …
Y debemos saber volver a nuestra vida normal con fuerza e ilusión.
SIN DOLOR.
Las vacaciones son un buen momento para revisar y diseñar planes.
La ‘rentrée’ es el momento de saber llevarlos a cabo CON DETERMINACIÓN.
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