Inteligencia Emocional
Hay personas que complica su vida y la de los otros, hay otras que hacen lo contrario, la facilitan. Inteligencia proviene de “inteligere”, es decir, “elegir entre”. Las emociones son energía para la acción (o para la inacción). Reflexionaremos sobre el mágico cóctel entre inteligencia y emociones, para profundizar en la inteligencia emocional, es decir, la capacidad para gestionar las emociones propias y las de los demás.
La inteligencia era considerada hasta mediados de los 90 (Goleman, IE, 1995) como una habilidad técnica y almacén de conocimiento. ¿Conoces a empollones o máquinas intelectuales con una vida emocional desastrosa?? ¿Y a pésimos estudiantes, que a lo mejor abandonaron los estudios antes de tiempo pero han tenido éxito en la vida y llevan una vida ordenada y envidiable???
El coeficiente de inteligencia es un concepto totalmente pasado de moda. ¿Qué factores entran en juego cuando personas con un elevado CI no saben qué hacer frente a situaciones del día a día mientras que otras con un CI modesto o bajo lo hacen sorprendentemente bien??? Con frecuencia la diferencia radica en el conjunto de habilidades que hemos dado en llamar Inteligencia Emocional. La vieja teoría del CI se ocupa sólo de una estrecha franja de habilidades lingüísticas y matemáticas. Tener un elevado CI tal vez pueda predecir adecuadamente quién va a tener éxito en el aula o quién va a llegar a ser un buen profesor, pero no tiene nada que decir con respecto al camino que seguirá la persona una vez concluida su educación.