Que lo que el algoritmo de LinkedIn ha unido no lo separe el hombre
En Julio 2020 decidí aventurarme en LinkedIn. No tardé mucho en descubrir a un usuario muy avanzado, con una enorme comunidad.
Era argentino. Publicaba a diario. Con profundidad y autenticidad. Con filosofía y psicología.
Y retransmitía unos ‘live’ fantásticos, seduciendo a la audiencia con su magnetismo y el poder de su comunicación.
Se llama Ariel Hernández
No sé si te suena…
No recuerdo cómo fue exactamente, pero empezamos a conversar. Hubo química. Empezamos como te decía hace un tiempo a interactuar. Por que esa es una de las claves en LinkedIn. Que te aporta ventas, pero también, relaciones que van más allá de la venta directa. Relaciones inspiradoras que van más allá de los negocios.
Ariel y yo, hemos tenido muchos ‘mano a mano’ digitales. En mi canal de YouTube tienes algunos.
Y ayer tuvimos el primero presencial. En Madrid.
Podría decir muchas cosas de Ariel, pero tan sólo diré tres, que creo que explican parte de su éxito:
👉 Es un claro ejemplo de autoliderazgo y transformación personal (permanente).
👉 Es visionario. Hace las cosas antes que los demás. En LinkedIn, por ejemplo, empezó a publicar en 2007. Y activó el modo creador de contenido antes que nadie.
👉 Hace lo contrario de lo que hacen los demás. O no hace lo que hace la mayoría. Por ejemplo, no tiene web. Ni emplea el e-mail marketing. Tampoco lo necesita, dicho sea de paso.
Todo eso sin hablar de Favikon ni de Top Voice.
Ni de si es casualidad o no que su nombre se descomponga en Autenticidad + Rebeldía + Inteligencia Emocional + Liderazgo.
Y todo esto lo ha inspirad
Sólo pido una cosa. Que lo que el algoritmo ha unido no lo separe el hombre, por favor.
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