EL CLIENTE, EN EL CENTRO DE TU UNIVERSO
La relación de una empresa con el cliente gravita alrededor de una máxima…
Lograr que el cliente se sienta como Superman con el producto o servicio que ha adquirido.
O como un niño con zapatos nuevos. O como un joven con el último modelo de Smartphone…
Elige la versión que mejor te convenga, pero el mensaje es el mismo: tu cliente debe sentirse en el centro cada vez que compre y consuma tus productos.
Es la única forma de que te sea fiel durante una larga temporada.
Para lograrlo, tienes que apostar especialmente por una de estas tres opciones:
- El 𝗹𝗶𝗱𝗲𝗿𝗮𝘇𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗽𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝘁𝗼: el cliente debe sentirse enamorado por la calidad, diferenciación y gancho de tus productos o servicios. No es fácil, requiere renovar periódicamente tu oferta -> la innovación debe ser el motor de tu negocio.
- La 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲: brindarle un trato especial y personalizado. Puede ser mediante descuentos, rebajas exclusivas, promociones o detalles, y siempre cultivando con él un trato exquisito y un vínculo de largo plazo -> ofrece lo que quiere tu cliente, no lo que el mercado quiere (o sea, adáptate para satisfacer sus necesidades específicas).
- La 𝗲𝘅𝗰𝗲𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗼𝗽𝗲𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹. Las organizaciones que apuestan por ser operativamente excelentes ofrecen una combinación imbatible de calidad, precio y facilidades de compra de sus productos -> eficiencia y garantía mediante precios bajos y un servicio rápido y eficaz.
Son lo que Michael Treacy y Fred Wiersema, expertos en marketing, bautizaron como disciplinas de valor.
No hay otra, si quieres triunfar en los negocios debes apostar por una de ellas.
Es imposible ser muy bueno en las tres. Debes lograr destacar en una de ellas y ser razonablemente bueno en las otras dos. ¿Por cuál de esas tres disciplinas de valor estás apostando en tu negocio?